viernes, 18 de marzo de 2011

La ciudad colonial de Coro y sus medanos - Venezuela

En la terminal de Maracaibo decidimos tomar un autobus hacia la ciudad de Coro, no sin antes tener que discutir con el chofer y el recaudador del mismo, ya que los chantas nos quería cobrar por la cara 15 BsF más a cada uno porque si, pero luego de explicarle que no soy europeo y que sabía cuanto costaba el pasaje me cobraron lo que tenía que ser.

Llegamos a Coro y advertí que esta ciudad es muchisimo más tranquila que la anterior. Un taxi nos llevó hasta la posada "El Gallo", lugar regenteado por un frances que lleva mas de 10 años en la ciudad y que vivio y trabajó en no se cuantos países de todo el mundo. La casa es viejísima, y su patio está lleno de plantas y algunas aves que hacen de este lugar un sitio ideal para descanser y relajarse. Al poco tiempo de llegar fuimos a recorrer brevemente el centro histórico de la ciudad que sorprende por sus calles, construcciones, ventanas, puertas y balcones coloniales, que alguna vez recibieron la visita del gran Simor Bolivar. Tambien visitamos varias casa que actualmente estan convertidas en museos y pudimos ver como eran las residecias coloniales de esa epoca.

En esta ciudad nos colgamos un par de días, ya que entre la comodidad que sentíamos en la posada y la lluvia que cayo durante casi tres días no nos dejaron otra opción. Además no queríamos dejar esta ciudad sin antes visitar los famosisimos "Médanos de Coro", que se encuentrar en el límite mismo de la ciudad. Por eso una mañana luego del desayuno y cuando terminó de llover tomamos un autobus de linea que cruzo toda la ciudad y nos dejó a pocos metros de los mismos.

El hecho de que fue un día lluvioso, nublado e inestable nos permitió ser casi los unicos privilegiados de disfrutar de este pedazo de desierto que parece extraido de otro contexto y que sorprende por su extensión, altura y texturas. Solamente la compañía de unos pajaros y algun que otro insecto acompañaron con sus miradas nuestros pasos por las montañas de arena que te hacer pensar en algún momento lo durísimo que puede ser llegar a ser la vida en el desierto, y más teniendo en cuenta que esa mañana no hizo calor.

Cuando regresamos a la posada luego de visitar los médanos, al entrar encontramos a Laura y Eduardo, uruguayos que conocimos en Bogotá y que llegaron a Venezuela a traves de Bucaramanga y que ya habían visitado muchos de los sitios a los que yo pensaba ir, así que me pasaron muchísima información util.

Tambien conocimos a una pareja de un chico de Caracas y una señorita de esta ciudad con los que compartimos un almuerzo, una sobremesa luego de una cena y unas charlas mucho mas que interesantes acerca de la situación del país y el señor Chavez, recomendaciones de libros, y muchas cosas lindas de este país.

Y así fue como pasaron muchos más días de los pensados en esta ciudad, ya que la misma nos resultó muy comoda, segura, y nos permitió sentirnos relajados antes de continuar el camino que se extiende ante nuestros pies.

Coro, sus casas coloniales y sus medanos - Venezuela

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