lunes, 28 de marzo de 2011

Barcelona, Lecheria, Puerto La Cruz y el Parque Nacional Mochima - Venezuela

En Santa Elena me conecte a internet y por suerte habia conseguido una persona de CS que me daría alojamiento, en este caso Rub. Llegué con el autobus y en medio de su sesión de peluquería fue a recojerme al sitio donde me bajé equivocadamente y así fue como empecé a recorrer esta ciudad, junto a la de Lecherías y Puerto La Cruz. Luego de un recorrido en coche que incluyo vista del atardecer en lo alto de una montaña conocí el “Arbol para vivir” una curiosa construcción en la que viven muchísimas familias. Por la noche hubo Shawarma y Bowling.

Luego de un gran y suculento desayuno familiar que incluyo empanada de pabellon criollo la recorrida me llevó por el casco histórico de Barcelona y luego hacia Puerto La Cruz, donde conocí el embarcadero.

Barcelona, Lecheria y Puerto La Cruz - Venezuela


Al día siguiente tomé una embarcación que me llevaría a las playas de Puinare, donde disfrute de un día muy tranquilo y en soledad en una playa que estaba casi a mi entera disposición.

Muchísima gente me hablo a lo largo de mi estadía en Venezuela del Parque Nacional Mochima, por eso me levanté nuevamente temprano y me fui para la población de Mochima. De la misma ciudad salen embarcaciones que te llevan a recorrer algunas de las tantas playas increibles. Esta excursión te llevaba a los puntos más importantes como el “Santuario de los Delfines” donde se encuentran más de 250 ejemplares de esta especie viviendo en aguas abiertas y en total tranquilidad y seguridad. Es tanta la costumbre que tienen a ser visitados por embarcaciones cargadas de turistas, que los delfines parecen posar juntos para que uno pueda obtener videos o fotografías de ellos. Luego de navegar un rato entre delfines y fotografías nos dirigimos a una playa super tranquila donde disfrutamos del sol y el agua por casi 2 horas. Volví al pueblo de Mochima al caer el sol. Desde ahí tenía que tomarme un bus hasta la salida del pueblo, luego otro hasta una ciudad a 15 minutos, y desde ahí otro más que me llevaría a la locura de la ciudad de Puerto La Cruz en algo asó como una hora de viaje. Por eso llegué de noche a la ciudad, donde me tuve que tomar otro autobus que tardo como una hora para que me lleve al centro de Barcelona, donde debía tomarme el ultimo autobus que me levaría para la casa y que brillaba por su ausencia. Después de un largo rato de espera, decidí tomarme un taxi y afortunadamente llegué sano y salvo a mi destino.

Parque Nacional Mochima - Venezuela


Mi último día en esta zona, transcurrió en el pueblo de Puerto Piritu, población de pescadores que se encuentra a casi una hora de Barcelona, y que es el sitio donde mucha gente de la esta ciudad va a veranear o a pasar el fin de semana. Ahi estuve con el papá de Ruth conociendo un poquito, comiendo mazamorra y almorzando en el mercado. Por la tarde luego de una siesta reparadora volvimos para Barcelona, donde luego de aprender a cocinar arepas me puse a preparar mi mochila para emprender mi regreso a Caracas, desde donde tomaría mi vuelo de regreso a Argentina con previa escala en Brasil.

viernes, 25 de marzo de 2011

La majestuosidad de la Gran Sabana y Santa Elena - Venezuela

Atravezando la Gran Sabana para llegar a Santa Helena.

A bordo del autobus me dí cuenta de que ya estaba solo nuevamente, y que esta soledad se siente bastante rara, despues de más de dos meses sintiendo lo contrario... Y así entre pensamientos salió el autobus de la ciudad de Caracas y me puse a conversar con mi acompañante, una señora de Santa Elena de Huairen, que se dirigia hacia Ciudad Bolivar, luego de haber realizado unos tramites burocraticos en la capital. Ella estaba viajando junto a tres compañeras del hospital, y resultó que una de ellas iba a seguir camino hacia Santa Elena, por lo que ya quedé con esa señora para seguir realizando el recorrido.

Mientras pasaban los kilometros la charla con la acompañante fue pasando de un tema a otro, y así la señora me habló de su postura Chavista, aunque debo decir que no era extrema, ya que criticó mucho a su presidente por diversas razones, lo que me dio a entender que si bien ella lo defiende a Chavez, no come vidrio, y por lo tanto conoce los errores y las cosas en las que se estan tomando posturas equivocadas y que no son beneficiosas para nadie.

Llegamos a Ciudad Bolivar a eso de las 4.30a y afortunadamente conseguimos los dos ultimos lugares disponibles para viajar a Santa Helena por 100 BsF. El unico inconveniente era que el autobus salia a las 6.30 de la mañana, por eso debimos esperar en medio de una terminal de autobuses con mucho movimiento y en medio de mucha gente con cara de pocos amigos. Entre café, charla y musiquita en mis oidos pasaron las horas, se acercó el momento en el que deje la mochila en la parte trasera del autobus y subimos al mismo, para emprender este largo recorrido que estimativamente tiene una duración de 12 horas.

Una vez que comenzó el trayecto se sentó a mi lado un chino-brasilero que estuvo unos dias conociendo Caracas y algun que otro lugar de Venezuela. Fuimos una buena parte del camino charlando como podíamos. Luego de algún que otro control policial, descendimos del autobus en un restaurante para poder desayunar o almorzar pero como estaba muy justo con el dinero no compré nada. Por eso algunas personas me invitaron a comer con ellos y así fue comí casabe, y cachapas con queso y pollo.

Siguio el trayecto hasta que el autobus empezo a subir una cuesta metiendose en una zona de montañas. Luego de un cambio repentino de temperatura aparecio rodeandonos una zona de selva totalmente descontrolada. Selva que intentaba sanarse de esa herida con forma de carretera que la atraviesa y que fue obra de la mano y la maquinaria del hombre. La forma que la selva tiene de sanarse se manifiesta como venganza lenta y pacifica que se aprecia en la vegetación que cubre cada señal de transito, asi también en las plantas y arboles que inclinaban sus ramas sobre el gris asfalto intentando recuperar esos 6 metros de tierra arrancados de las entrañas de la selva. Y fue así que senti el olor a tierra mojada que perfumaba nuestro pasar. Olor que se desprendia de esa tierra tan fertil y húmeda, tierra que al mojarse abrazaba cada particula de oxigeno que flotaba en el aire con su perfume. Y esa fragancia tenia tal intensidad que por un momento solamente quise bajar del autobus, agarrar un poco de tierra mojada con mis manos, acercarla a mi nariz y darle un bocado. Fue muy extraño lo que senti, era tan intenso y fuerte ese aroma que por un momento desperto en mi una sensación olvidada en la niñez en la que solía comer tierra. Luego de ese momento de hipnosis me sentí infimamente pequeño y vulnerable ante la grandeza de esta selva en la que me encontraba inmerso y que estaba atravezando en un autobus.

Hundido en esas sensaciones y pensamientos abandonamos todo ese verde para llegar a la inmensa majestuosidad de “La gran Sabana”. Y frente a esto me sentí más pequeño que antes, pero a la vez inmenso, y así comprendi tambien que en este suelo que es la armazon del planeta el tiempo es otro tiempo, y esta tierra de las Grandes Mesetas es un oasis donde la historia se olvida y se revela a la vez. Esas formaciones rocosas han sido lavadas de su vestidura -cuando la tuvieron- por milenios de lluvias, son formas de roca desnuda, reducidas a la grandiosa elementalidad de una geometría telúrica. Son lo monumentos primeros que se alzaron sobre la corteza terrestre, cuando aún no hubiera ojos que pudiera contemplarlos, y su misma vejez, les confiere una aplastante majestad....
….Cada meseta se presenta con una morfología propia, hecha de aristas, de cortes bruscos, de perfiles rectos o quebrados. La que no se adorna de un obelisco encarnado, de un farallón de basalto, tiene una terraza flanqueante, se recorta en biseles, afila sus angulos, o se corona de extraños cipos que semejan figuras en procesión. De pronto, rompieron con esa severidad de lo creado, algun arabesco de la piedra, alguna fantasía geológica, se confabula con el agua para poner un poco de movimiento en este país de lo inconmovible. Es un río que se arroja al vacío y se deshace en arcoiris sobre la cuesta jalonada de árboles petrificada...
...Se adivina que arriba, en las cumbres, en el escalonamiento de las últimas planicies lunares, hay lagos vecinos de las nubes que guardan sus aguas virgenes en soledades nunca holladas por una planta humana. Hay escarchas en el amanecer, fondos helados, orillas opalescentes, y honduras que se llenan de noche antes del crepúsculo. Hay monolitos parados en el borde de las cimas, agujas, signos, hendeduras que respiran sus nieblas; peñascos rugosos, que son como coágulos de lava -meteoritas, acaso, caídas de otro planeta. No hablamos. Nos sentimos sobrecogidos ante el fausto de las magnas obras, ante la pluralidad de los perfiles, el alcance de las sombras, la inmensidad de las explanadas. Nos vemos como intrusos, prestos a ser arrojados de un dominio vedado. Lo que se abre ante nuestros ojos es el mundo anterior al hombre....
...Estamos en el mundo del Génesis, al fin del Cuarto día de la Creació. Si retrocedieramos un poco más, llegaríamos adonde comenzara la terrible soledad del Creador -la tristeza sideral de los tiempos sin incienso y sin alabanzas, cuando la tierra era desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la haz del abismo.


Fue así que el autobus siguió avanzando al filo del abismo que se crea entre el día y la caída de la noche, no sin antes haber sido bendecidos por una de las tantas nubes que decidio volver a la tierra para seguir dotandola de vida. A la vera del camino una familia de indigenas nos hizo señas para refugiarse de la lluvia y para volver a su hogar en alguno de los poquisimos poblados que se cruzan. Y es la sonrisa de esos niños al recibir algo para comer, o al ser abrazados por alguna vestimenta seca, o en la mirada de ese bebé mientras era amamantado por su madre que no tendría más de 13 años que uno confirma que en este sitio el tiempo no es antes ni después, sino que nuestro tiempo es ahora, y que en ese ahora estaba viviendo uno de los momentos mas impactantes, movilizadores e inolvidables de mi vida.

Este viaje en autobus me llegó tanto que me pareció una falta de respeto intentar describirlo con mis palabras, por eso lo que está escrito en italica es un es un estracto de un capítulo del libro “Los Pasos Perdidos” de Alejo Carpentier.

Santa Helena de Huairén.

Esta ciudad no parece estar en Venezuela ya que aquí se puede salir tranquilamente por la noche. Por eso luego de llegar al hostel y dejar las cosas sali a caminar un poquito para dar un vistazo y conseguir algo de comer. Luego de la cena me fui a la habitación y me encontré con que después de más de dos meses estaba solo en una habitación, situación que aproveché para escribir y tratar de plasmar un poco algunas de las tantísimas sensaciones que me movilizaron durante las ultimas horas.

Al día siguiente intente hacer una excursion pero como no habia gente suficiente tuve que quedarme con las ganas, por lo que decidi quedarme tranquilo en la ciudad, cruzar a Brasil para sacar dinero del cajero, recorrer un poquito la tierra carioca y luego volver a Santa Elena. Aproveche que tenía plata y fui a una librería que me habian recomendado, donde compré 9 libros por 46 BsF (algo así como 6 dolares), una iniciativa que tiene su base en el socialismo de Chavez y que me pareció estupenda. Pero esto tiene dos contras si se le pueden llamar así: la primera es que solamente son libros seleccionados por el gobierno y que siguen un discurso similar al de este los que pueden conseguirse; la segunda es que en Venezuela no pude advertir una cultura general por la lectura. Sostengo esto ya que no vi a casi nadie leyendo en la vía pública, en los colectivos, o en la playa, y estando casi tres semanas en este país aquí puedo decir que es una característica de la población. Por la noche me sumé a la charla informativa que estaba teniendo un grupo de gente que iba a hacer la excursión de 6 días al Roraima. Fue ahí que conocí a Bruno Illius, un antropologó alemán que estaba en la zona por sexta o septima vez, en esta ocasión para escribir un libro acerca del turismo y como el mismo había afectado a las poblaciones indígenas de la zona. Con este señor estuve varias horas hablando acerca de un montón de cosas, y como a buen antropologo se me ocurrió pedirle su opinión acerca de un libro que años atrás me marcó muchísimo, “Las enseñanzas de Don Juan” de Carlos Castaneda. Según Bruno, el escritor nunca tuvo estas experiencias en propia persona, sino que escribió el libro basandosé en experiencias de otras personas que fueron parte de otros libros. Me contó que un amigo suyo hizo una investigación que terminó convirtiendose en un libro donde se citan los textos de los cuales Castaneda tomó información y que esto fue confirmado personalmente por el propio autor.

Al día siguiente por suerte pude conseguir otra persona para hacer una excursión por la Gran Sabana y de esa forma conocer un poco más de cerca esta maravilla. El acompañanante fue un francés que venía viajando desde Brasil. Nos pasaron a buscar por el hostel, lleve mi mochila a la oficina que estaba en la terminal de autobuses y comenzamos el recorrido que nos llevó a varias cascadas y sitios impresionantes de esta basta región que me conmovió muchísimo más. Después de casi 6 horas de excursión volví a la terminal donde me tomé el autobus socialista hacia Ciudad Bolivar para seguir mi recorrido hacia la costa.


La Gran Sabana - Venezuela

miércoles, 23 de marzo de 2011

Caracas, y ahora que?

Llegó el día en Lucía tenía que ir a Caracas para tomar su avión de vuelta a Argentina, es por eso que nos dirijimos a la capital de este país. Muchisima gente me habló de los "peligros" que acarrea la decisión de llegar a esta ciudad, ya que supuestamente esta ciudad es la más peligrosa de Latinoamérica y algunos consideran una locura venir aquí. Locura es la cantidad de autos que habia en la entrada a la ciudad, que sumado a la lluvia se convirtió en un caos, que supuestamente es de lo más normal por estas calles.

Una vez que llegamos, el chofer del autobus que nos trajo hasta la ciudad nos acompaño hasta el otro autobus que teníamos que tomar para ir a la terminal y que también iba hasta el hotel desde donde salen las combis hasta el aeropuerto. Luego de la despedida, y siendo las 2 y media de la tarde decidí ir directamente a una de las tantas terminales de autobuses que hay en esta ciudad, con dos posibles destinos: Puerto La Cruz con sus playas o La Gran Sabana con su verde.

Debido a que el próximo autobus a Puerto la Cruz salía a las 21:30 hs y llegaba a eso de las 3 de la mañana, decidí ir en contra de lo que me parecia el mejor recorrido y me compré el pasaje hasta Ciudad Bolivar, que saldría a las 19:30 de la tarde y llegaría a destino a eso de las 6 de la mañana. El único problema de esto es que iba a tener que esperar hasta el horario de la salida del bus con la mochila encima ya que no había lugar para dejarla, lo que significó que me quedé en la terminal de colectivos esperando al horario de salida.

Mientras esperaba sentado, poco a poco me fui reencontrando con viejas sensaciones que durante mucho tiempo viajando solo sentí, y que en este viaje había dejado de lado. Llegué de nuevo al punto de saber que el destino de los próximos días dependerá exclusivamente de mis decisiones, de algún autobus que salga o no, de alguna recomendación y de los pasos que mi piecitos quieran dar. Y así, mientras seguía sentado en esa butaca, mis pensamientos se iban sucediendo como cada uno de los minutos que pasaban, y así pude llegar a comprender lo lindos que fueron estos dos meses en compañía, de las tantas cosas que aprendí en este tiempo, de las tantas cosas que todavía tengo que aprender, de lo bello que es compartir con alguien tantas cosas y gentes nuevas que se cruzan en nuestros caminos, y de lo apasionante que me sigue resultando el arte de viajar y vivir.

martes, 22 de marzo de 2011

Un pedacito de Alemania en pleno Caribe, la Colonia Tovar - Venezuela

Si te dicen que en el medio de la montaña hay un pueblo con construcciones de estilo Alemán uno no se sorprende, ya que sitios así hay en muchisimos lugares fuera de Alemania (San Martín de los Andes, Villa General Belgrano son algunos de los más conocidos en Argentina). Pero si te dicen que un pueblo con esas características se encuentra en un país caribeño y a menos de dos horas de la capital del mismo pensas que te están jodiendo, pero no. Acá en Venezuela existe la Colonia Tovar, y parece salida de Alemania o por lo menos se parece a como me imagino que es un pueblo tradicional aleman.

La cuestión es que unos loquitos flashearon con el lugar y armaron un pueblo alemán aquí mismo.
De Colonia Tovar - Venezuela


Llegamos acá luego de tener que aguantar un corte de ruta que duró un par de horas, pero que se pasaron rápido en la terminal de una ciudad que está a una hora mientras que por mi boca pasaba rapidamente un pancho. Mientras que mis mandibulas trituraban el manjar, mis ojos comenzaban a divisar personas muy blancas y rubias, que sin lugar a dudas parecían alemanes o europeos pero que hablaban y se vestian con inconfundible estilo venezolano.

Ya en el pueblo y luego de albergarnos en una posada atendida por una señora muy amable aunque un poquito desconfiada salimos a caminar y conocer el lugar, que es conocido tambien por la calidad de sus fresas con crema (frutillas) y por los platos típicos alemanes que no pude dejar de probar (salchichas con mostaza, salsas, pan tostados y una ensalada de repollo y zanahoria) que costaba como en Alemania :p
Por la noche cenamos un budin de banana exquisito y nos fuimos a dormir temprano, ya que mañana queriamos levantarnos tempranos porque luego tenemos que ir a Caracas para que mi compañera hasta esta parte del viaje, Lucía, se tome el avión de regreso a Argentina.

Luego de despertarnos, salimos a caminar y a desayunar rápidamente para sacarnos el frío húmedo que gobierna las montañas. Luego de visitar, la plaza "historica" y de perdernos un poquito por la calles, volvimos a la posada, hicimos las mochilas y por última vez transitamos las pendientes de este pedacito aleman en medio del caribe Venezolano para despedirnos de este cuento y seguir la historia en la ciudad más temida por todos los viajeros que cruzamos, la paranoica ciudad de Caracas.
Colonia Tovar - Venezuela

domingo, 20 de marzo de 2011

Parque Nacional Morrocoy - Venezuela

Llegamos a Tucacas con la idea de poder ir a uno de los Cayos a acampar, pero por la mala onda de la gente y por no haber cruzado a la persona indicada nos quedamos todo el día en esta ciudad que no ofrece nada. Todos y cada uno de los vendedores del cruce en lancha a los cayos te dicen que no podes acampar ahi. No conforme con eso, fui hasta la entrada del parque a preguntar lo mismo, y un guardia me dijo que fuera de temporada no se puede acampar, pero que en temporada alta si se puede. Por eso y en contra de nuestra voluntad tuvimos que esperar un día para tomar una lancha y poder ir y volver en el día con Franco Maldonado, individuo que nos dijo que el tiene el contacto misterioso para acampar en el espectacular Cayo Sombrero sobre el que escribiré más adelante.

Paramos en la Posada "Don Carlos", donde don Carlos resulta ser insoportable. Por suerte este señor no estuvo durante la primer noche en que estuvimos aquí, y por suerte no escuchó como se rompió la cama de la habitación que nos dio. La cuestión es que mientras mirabamos TV tranquilamente la cama crujía y crujía, en un momento, me paro para ir al baño, regreso y me dejo caer sobre la misma, y terminé cayendo derechito hasta tocar el suelo. Como resolví el asunto en ausencia de Carlos?? Busqué un ladrillo en el patio, lo puse debajo de la cama y domir en el suelo de la habitación toda la noche. Y ya que hablo de la habitación debo referirme al tremendo y nauseabundo olor a humedad que había entre esas cuatro paredes, olor que se impregnó en las sabanas, almohadas y cualquier cosa que ingresara a ese cuarto, puaj.
En las condiciones citadas anteriormente, la noche se hizo larguísima, pero afortunadamente pasó y luego de comprar algunas frutas y agua pudimos embarcar y salir en la lancha para el primer cayo, en el que hice un poco de snorkel, en el que tomamos sol, y en el que descansamos a la sombra de una palmera mientras que la playa se iba poblando de gente.

Luego de una hora y media en ese sitio, vino el lanchero, y junto a un señor marinero que era de Isla Margarita y su novia comenzamos un recorrido por algunos de los cayos y playas que están por ahi. Visitamos "La Piscina" que debe su nombre a la similitud de su agua con la de una piscina. Este sitio es interesante por el ingenio de los vendedores que aqui están, ya que por ejemplo puedes comprar un helado mientras te estas bañando... si leiste bien, mientras te estas bañanado. Resulta que el heladero lleva su heladerita a flote sobre el agua y se acerca a la gente y a las distintas embarcaciones para ofrecer su producto. Así como está el heladero, esta la "Barra Lancha" que te ofrece todo tipo de bebidas y tragos. Cosas del capitalismo en tierras ¿socialistas?

Y luego de algunas olas llegó el momento de visitar el tan renombrado "Cayo Sombrero", y la verdad es que la fama se la tiene bien ganada... es increible este lugar, el color del agua, la cantidad y la disposición de sus palmeras, la forma sin forma de la vegetación, es un lugar paradisiaco donde muchos argentinos estaban acampando y donde me quedé con todas las ganas de hacerlo. Lo único que no me gusto de este sitio al igual que los que visitamos anteriormente en este día es la suciedad que van dejando las familias y grupos de amigos tras de sí. Es increiblemente triste que esta gente no se de cuenta del paraíso que tienen a su alcance y que la mayoria no sepa cuidarlo como realmente corresponde, pero bueno, quizá el lugar estaba tan sucio por ser Domingo, no se, pero es algo que realmente me dio un poco de tristeza.

Por la tardecita tuvimos que pegar la vuelta, mientas que ibamos hablando con los restos que quedaban balanceándose de un lado al otro del Marinero (una botella de ron puro se bajó), otras embarcaciones seguían nuestra estela y volvían a la ciudad luego de un día en contacto con tan bella naturaleza.

Y una vez que uno pone los pies en la tierra, siente ese mareo que automáticamente lo llevan a uno a querer estar nuevamente en esa embarcación, navegando mar adentro, con una isla desconocida por destino, y con las ansias de vivir tranquilamente ahí, sin ninguna prisa, sin contaminación, sin violencia, sin ninguna de las desgracias de las sociedades, solamente con la playa, las palmera, el sol, el mar, el silencio y el paso del tiempo, inexorable e implacable como cada una de las olas que se acercan y rompen sobre la orilla.

Ya por la noche, solamente quedó armar las mochilas y efectuar la actuación y la dramatización de una nueva ruptura de la cama para zafar y no pagar por la misma y poder decirle al señor de la posada que la habíamos roto. Igualmente el señor se quedó con un celular muy viejo a cambio que se nos olvido y quizás se alegró de que nos fuimos y de nuestra pérdida, pero seguramente no se alegró tanto como nosotros por haber visitado estas playas hermosas, y por salir corriendo de esta pocilga que albergó nuestros dos últimos días, pero que a pesar de todas las incomodidades se tranformó en nuestra base para conocer el genial parque Morrocoy.
Parque Nacional Morrocoy - Venezuela

viernes, 18 de marzo de 2011

La ciudad colonial de Coro y sus medanos - Venezuela

En la terminal de Maracaibo decidimos tomar un autobus hacia la ciudad de Coro, no sin antes tener que discutir con el chofer y el recaudador del mismo, ya que los chantas nos quería cobrar por la cara 15 BsF más a cada uno porque si, pero luego de explicarle que no soy europeo y que sabía cuanto costaba el pasaje me cobraron lo que tenía que ser.

Llegamos a Coro y advertí que esta ciudad es muchisimo más tranquila que la anterior. Un taxi nos llevó hasta la posada "El Gallo", lugar regenteado por un frances que lleva mas de 10 años en la ciudad y que vivio y trabajó en no se cuantos países de todo el mundo. La casa es viejísima, y su patio está lleno de plantas y algunas aves que hacen de este lugar un sitio ideal para descanser y relajarse. Al poco tiempo de llegar fuimos a recorrer brevemente el centro histórico de la ciudad que sorprende por sus calles, construcciones, ventanas, puertas y balcones coloniales, que alguna vez recibieron la visita del gran Simor Bolivar. Tambien visitamos varias casa que actualmente estan convertidas en museos y pudimos ver como eran las residecias coloniales de esa epoca.

En esta ciudad nos colgamos un par de días, ya que entre la comodidad que sentíamos en la posada y la lluvia que cayo durante casi tres días no nos dejaron otra opción. Además no queríamos dejar esta ciudad sin antes visitar los famosisimos "Médanos de Coro", que se encuentrar en el límite mismo de la ciudad. Por eso una mañana luego del desayuno y cuando terminó de llover tomamos un autobus de linea que cruzo toda la ciudad y nos dejó a pocos metros de los mismos.

El hecho de que fue un día lluvioso, nublado e inestable nos permitió ser casi los unicos privilegiados de disfrutar de este pedazo de desierto que parece extraido de otro contexto y que sorprende por su extensión, altura y texturas. Solamente la compañía de unos pajaros y algun que otro insecto acompañaron con sus miradas nuestros pasos por las montañas de arena que te hacer pensar en algún momento lo durísimo que puede ser llegar a ser la vida en el desierto, y más teniendo en cuenta que esa mañana no hizo calor.

Cuando regresamos a la posada luego de visitar los médanos, al entrar encontramos a Laura y Eduardo, uruguayos que conocimos en Bogotá y que llegaron a Venezuela a traves de Bucaramanga y que ya habían visitado muchos de los sitios a los que yo pensaba ir, así que me pasaron muchísima información util.

Tambien conocimos a una pareja de un chico de Caracas y una señorita de esta ciudad con los que compartimos un almuerzo, una sobremesa luego de una cena y unas charlas mucho mas que interesantes acerca de la situación del país y el señor Chavez, recomendaciones de libros, y muchas cosas lindas de este país.

Y así fue como pasaron muchos más días de los pensados en esta ciudad, ya que la misma nos resultó muy comoda, segura, y nos permitió sentirnos relajados antes de continuar el camino que se extiende ante nuestros pies.

Coro, sus casas coloniales y sus medanos - Venezuela

martes, 15 de marzo de 2011

Dejando Colombia camino a Maracaibo - Venezuela!!!

Despues de 28 días habitando en el pais cafetero, despues de haber atravezado montañas, rios, playas, parques nacionales, y toda la geografía de este sitio decidimos seguir destino hacia la Republica Bolivariana de Venezuela.

A pesar de las continuas advertencias acerca de la seguridad en el país de Chavez, decidimos cruzar la frontera para visitar esta tierra y comprobar si la paranoia reinante en la gente con la que hablamos era cierta. Llama la atención que casi todos coincidían en el hecho de decir: -No te confies en la policia ni en los militares, ya que son lo más corrupto que hay-.
Lo cierto es que apenas cruzamos la frontera pudimos advertir que los militares venezolanos no son nada amigables, ya que existen demasiados controles, que en algunos casos son inútiles, ya se pueden imaginar porque. Por eso la mayoría de la gente que viajaba en el micro estaba bastante caliente, y para evitar mayores inconvenientes y demoras decidieron hacer una "vaquita" para no ser sometidos a controles consecutivos absurdos y de esta forma acelerar la llegada a destino. De esta manera mis compañeros de viaje contribuyeron al propósito de dichos controles militares. Por mi parte, solamente me revisaron la mochila una vez, pero el milico que lo hizo me realizó varias preguntas... a mi entender, mas que nada por curiosidad.

Si me hubiese quedado solamente con la impresión de las advertencias, no hubiese venido a Venezuela, pero como soy bastante porfiado y cabeza dura decidí contactar por internet con algunos argentinos que viajaron por aca. Esta gente me hablo muy bien de este país y me dieron una visión más cercana a la realidad.

La ciudad de Maracaibo fue nuestro primer destino, donde nos estaban esperando nuestros amigos de CouchSurfing Jose y Francisco. Como ya era de noche, fuimos a cenar unas cachapas para empezar a comer algo tipico de este país.

El domingo por la mañana, nos levantamos para tener un rico desayuno basado en licuado de frutas. Luego fuimos al historico teatro Baralt, donde pudimos conocer la historia de este sitio donde alguna vez actuó Carlos Gardel, lugar que hace un siglo atrás contaba con refrigeración realizada con barras de hielo, lugar cuya taquillería original estaba bañada en oro, lugar en el que disfrutariamos de la obra de teatro infantil "La ratoncita presumida" que estuvo muy divertida.

A la salida seguimos recorriendo el casco histórico de esta ciudad, visitando, algunas iglesias, los edificios gubernamentales y la basílica. En el Centro de Arte de Maracaibo “Lía Bermúdez” (antiguo mercado de la ciudad) nos llevamos una grata sorpresa, ya que al ingresar al auditorio escuchamos los compases de un paso doble y pudimos bailar junto a las cientas de personas que estaban disfrutando de dicho espectaculo celebrado con motivo del carnaval. Lo cierto es que el promedio de edad era por arriba de los 60 años, pero la alegría y vitalidad que tenían todas esta personas eran por demás de contagiosas, así que terminamos haciendo trensito y carnaval carioca con toda este gente, que a pesar de escucharnos hablar en español nos seguían hablando en ingles. Después del baile, vino el momento de recorrer el museo y luego disfrutar de un almuerzo dominguero con la familia de José.

En Maracaibo es muy pintoresca la zona de los palafitos. Que son los palafitos? Son casas que estan sobre la orilla del lago, y cuando digo sobre quiero decir arriba del agua, ya que estas construcciones le ganaron tierra al lago, y es por eso que estan construidas sobre unos parantes que las elevan sobre el nivel del agua. Esta es una zona muy humilde de la ciudad y típica de por aquí, y fue bastante interesante ver la reacción de algunos niños que nos miraron como a verdaderos extraños y nos acompañaron en nuestro recorrido mientras nos preguntaban si en Argentina se habla español, si teniamos lagos, y cosas así.

La cervecita no se hizo esperar, por eso a la noche se organizo un meeting con el grupo de Couchsurfing de la ciudad y terminamos tomando unas birritas en un bar y esperando unas pizzas que supongo que todavía no las han preparado.

El resto de los días en Maracaibo fueron muy tranquilos. Una noche fuimos a ver una película al museo "Lía Bermudez" que formaba parte de un ciclo de cine Polaco. Otra noche salimosa caminar por la vereda del lago, mientras que muchisimas personas hacian ejercicio por este parque. Otra noche unas arepas gigantes nos alimentaron luego de dar una breve recorrida en coche por el famoso y colorido barrio Santa Lucia, sitio donde se desarrolla una fiesta concurridisima y que llena de vida las calles de este barrio.

Maracaibo es la segunda ciudad de este país, y es grande, muy grande. No pude dejar de sorprenderme al ver tantos autos y tiendas norteamericanas; me pareció algo totalmente contradictorio al anti-imperialismo que propone Chavez, cuando el principal comprador de petroleo de este país es EEUU. A primera vista la cultura venezolana esta fuertemente influenciada por la cultura yankee o gringa como dicen aqui. Estas influencias se ven en la alimentacion, el idioma, los deportes populares, etc.

Con mis comentarios no quiero ofender a nadie, pero son la sensaciones que me dieron mis primeros días en este país, que tanto da que hablar en todos lados gracias al señor que gobierna el mismo.

Algunas fotitos
Maracaibo - Venezuela

Santa Marta (Colombia)

Esta es otra ciudad colonial en estas tierras. Pasamos poco tiempo aqui, pero rapidamente me hizo recordar un poco a la ciudad de la Havana, por el color de sus casas y porque las mismas estan bastante rotas y descuidadas, por eso tiene su propio encanto.

La visita al casco historico es bastante corta, ya que el mismo es bastante pequeño. Por la tarde vimos la puesta del sol en la playa que esta al lado del puerto, entre barcos cargueros y pesqueros y familias disfrutando de la llegada o partidas de los buques.

Por la noche, un plato increible de espaguetis nos dejo llenisimos, la verdad es que luego de un plato asi uno se da cuenta que extraña la comida argentina por mas que esta cena estuvo acompañada de queso rayado y pan.

La ultima mañana antes de partir, decidi pegarme una escapada hacia la estatua del personaje mas celebre de esta ciudad, El "Pibe" Valderrama. Luego de la foto de rigor, regrese al hotel, cargamos por ultima vez nuestra mochila en tierras colombianas y partimos hacia la terminal de autobuses con destino a la ciudad de Maracaibo, en el vecino país de Venezuela.

Santa Marta (Colombia)

domingo, 13 de marzo de 2011

Parque Tayrona (Colombia)

Luego de regresar a Cartagena, donde permanecimos un dia mas, partimos hacia Santa Marta, con el objetivo de hacer parada aqui para continuar luego hacia el famoso y renombrado Parque Tayrona.

Luego de bajar del transporte que te deja en el parque, la naturaleza ya te empieza a saludar, como lo hace el caiman que descansa al sol al costado de un puente. Miles de hormigas se cruzan por debajo de tus pies, como asi tambien las hojas y ramas se entrecruzan por sobre tu cabeza.

A medida que avanzas por la selva, una indescifrable orquestas de animales, insectos y seres vivientes que emiten sus sonidos musicalizan el ambiente, hasta que el sonido del mar hace su aparición, y mientras te acercas a la costa se su sonido se transforma en un solo.

Bajo la sinfonia del mar, armamos nuestra carpa en "Lo de Andres", camping situado en Arrecifes, atendido por su propio dueño que es un ortiva, pero bueno, era lo mas barato.

Una vez que empiezas a caminar por la playa, los cangrejos te muestras sus pinzas mientras se esconden, los peces nadan en grupo, las garzas, gaviotas, flamencos, le dan movimiento al cielo, mientras que la silueta de las pequeñas montañas se ven interrumpidas por las palmeras que se elevan.

Luego de Arrecifes puedes caminar hacia la "Piscina" formada naturalmente por una barrera de arrecife y donde puedes bañarte tranquilamente. Sino puedes optar seguir caminando a travez de palmeras y selva y llegar al Cabo "San Juan de Gil" donde puedes acampar o simplemente disfrutar de esta maravillosa playa, pero que baña a muchisima gente.

Luego de dos noches entre tanta vida y naturaleza, decidimos volver para Santa Marta y de esta forma ir terminando asi nuestro viaje en Colombia.

Parque Tayrona (Colombia)

martes, 8 de marzo de 2011

Playa Blanca en la Isla de Barú (Colombia)

Nos fuimos hasta le mercado Bazurco, un sitio totalmente desordenado y sucio, llenisimo de gente, desde el cual parten embarcaciones hacia esta famosa isla, donde se puede disfrutar de sus playas de arenas blancas. Al llegar al a embarcacion y pelear el precio del viaje (de 25000 iniciales conseguimos a 17500 por persona) nos sentamos en la misma, que flotaba entre tanta suciedad y contaminación, y luego de casi hora y media de espera, partimos hacia este sitio, donde permaneceriamos casi 4 dias.

Al poco tiempo de navegacion el agua cambia su color turbio por uno más azulado, y que definitivamente se transforma en turquesa al arribar a la playa, que como nos habian dicho tiene arena blanca.

Luego de una breve caminata y soportar el acoso de los vendedores ambulantes, decidimos armar nuestra carpa en el llamado "Paraiso de Mamá Ruth", que tiene mucho de paraíso y donde Ruth tiene mucho de mamá, ya que te permite acampar a cambio de que consumas algo de lo que prepara en su cocina.

En este lugar conocimos una parejita y a dos pibes de Capital, todos con buena onda y con quienes compartimos buenos momentos durante estos dias.

En la Isla Baru (que en realidad no es una isla) no hay mucho para hacer luego de que el sol se pone. Es por esto, que todos los días me levantaba al momento en que sale el sol y me iba a dormir a las poquitas horas en que el mismo se ocultaba.

En este sitio pude sentir y dejar que las horas transcurran lentamente, alterando la calma y el reposo solamente para hacer un poco de snorkel, darme un baño en las transparentes aguas o hacer alguna caminata por la playa. Leer un libro colgando de una hamaca a la sombra tambien es una de las actividades que mas disfrute aqui, como asi tambien tomar una cervecita o comer una ensalada de frutas cortadas ante tus ojos. Aunque el momento de climax gastronomico lo alcance al poder degustar de un delicioso plato de Langosta recien pescada, acompañada de patacones, arroz y ensalada por la irrisoria suma de 12000 COP (poco menos de 7 dolares).

Relax y placer, o simplemente Playa Blanca.


Playa Blanca, Baru (Colombia)

miércoles, 2 de marzo de 2011

Cartagena de Indias (Colombia)

Despues de Medellín, llegó el turno de la historia ciudad amurallada, Cartagena de Indias.

Por suerte aqui estaba esperando nuestro amigo de Couchsurf Mauricio para ofrecernos su apartamento frente a la playa y a pocas cuadras del casco historico de la ciudad.

Luego del desayuno y la charla con toda la gente que estaba en el departamento, decidimos salir a perdernos entre los callejones multicolores que conforman el interior de la muralla, y que se adornan de balcones, ventanas y puertas coloniales. Aqui visitamos otro Museo del Oro, la torre del Reloj, la plaza central, el edificio de la aduana, algun que otro convento e iglesias, subimos al castillo que esta cerca de la muralla por la cual tambien caminamos.

Justamente en esta ciudad se estaba llevando a cabo el FICCI (Festival Internacional de Cine Cartagena de Indias) lo que nos permitio a los visitantes de este sitio disfrutar de peliculas de distintos paises del mundo. Yo vi una pelicula de Rumania: "The Human Resources Manager" y otra de Uruguay titulada "La vida Util", peliculas diferentes y muy buenas. Las proyecciones de las mismas fueron hechas en el historico Teatro Heredia, de una belleza increible.

Otro de los dias fui hacia la parte moderna de la ciudad, que me hizo recordar de alguna forma a Rosario, por sus edificios bien cercanos a la costa.

Luego de tres dias, decidimos abandonar la ciudad para ir a acampar unos dias a la Playa Blanca de la Isla Barú.

Aca fotos de Cartagena.

Cartagena de Indias (Colombia)