miércoles, 28 de septiembre de 2011

Ultima parada en Marruecos, la ciudad de Fez.

Como dije en el post anterior nos subimos a un tren que nos llevaría desde Marrakech hasta la ciudad de Fez. Según el que te vendía el pasaje el tren tardaba 11 horas, por lo que llegaríamos a nuestro destino a las 6 de la mañana aproximadamente, pero para nuestra sorpresa a las 2.30 de la mañana ya estabamos en Fez sin saber a donde ir ni que hacer. Por eso con Pepe salimos a buscar un hotel en las inmediaciones de la terminal de trenes, y luego de ir a un hotel donde nos quería cobrar muy caro, llegamos a una esquina, pregunte en mi frances bien rústico por un hotel, y me señalaron en una dirección para indicarme que a una cuadra estaba el "Hotel Amor"... con Pepe nos miramos de reojo y pensamos que nos mandaban a un telo, pero por suerte era un hotel común y corriente que solamente tenía un nombre un poco cachondo y que era un lujo total comparado a nuestro albergue anterior.

Totalmente cansados y agotados nos acostamos un rato y a eso de las 10.30 me levanté para ir a averiguar en internet que se podía hacer en esta ciudad. Estuve 45 minutos buscando un cyber pero con una grata sorpresa, ni una sola persona me paró o me intentó vender alguna cosa en ningún lado, cosa que me pareció absolutamente extraña después de haber estado en Marrakech. Cuando ya estaba pensando que en esta ciudad no había internet, apareció frente a mis ojos un cyber. Según internet lo mejor de esta ciudad es la llamada Medina, que es algo así como un mercado donde venden cualquier cosa, pero en el que se destacan los curtidores de cueros. Por eso enfilamos en autobus para ese lugar.

Ni bien nos bajamos del autobus se nos acercó un tipo diciendonos que la Medina estaba en tal dirección, preguntandonos de donde eramos, que estabamos buscando, a lo que le respondí con una sonrisa y pocas palabras, pero el tipo se puso intenso y empezó a decirnos que eramos unos paranoicos sin entender que nosotros no queríamos comprar ni visitar nada en concreto, que solo estabamos ahí para pasear, por lo que nos alejamos de el en medio de insultos de su parte... Con este incidente, ya nos cambió un poco el humor que teníamos... y me di cuenta que lo que me habia ocurrido temprano en la mañana parecía ser un espejismo. Cosa que confirmé al caminar solamente cinco minutos más por los estrechos callejones que conforman ese laberinto plagado de negocios y comerciantes que intentan venderte cualquier cosa y de cualquier modo.


La Medina de Fez, Marruecos


Después de caminar sin rumbo y de sufrir el acoso de los vendedores, llegó otra discusión más con otro tipo, que intentó llevarnos hasta el mercado de cueros cuando ninguno de nosotros se lo pidió y luego de que le expliquemos que no íbamos a comprar nada y que solamente queríamos sacar fotos, a lo que empezó a decir que no nos iba a robar la cámara, que la gente de su país tiene creencias y nos son mala gente como en Argentina, en resumen, nos empezó a hablar y casi gritar en un perfecto español pero con un tono que se estaba poniendo bastante agresivo, por lo que ese  incidente fue la gota que rebalsó el vaso y por lo que decidimos con Pepe alejarnos de esa zona e irnos a un lugar más tranquilo donde nadie nos moleste.

Al dirigirnos a la parada del autobus se nos acercó disimuladamente otro personaje con la idea de hacerse el amigo y de paso vendernos excursiones y cualquier cosa que estuviera a su alcance, pero por suerte vino rápido el colectivo y nos fuimos de nuevo para el centro prometiendonos no volver a acercarnos más a la Medina del orto. Ya en el centro almorzamos y luego caminamos por las calles donde la gente no te detiene para venderte nada, solamente te pueden perseguir un par de cuadras, como nos pasó un par de veces, aunque no nos preguntaron nada... solamente nos ofrecieron drogas un par de veces...

Ya por la noche, cenamos y nos acostamos temprano porque a las 5.30 nos teníamos que levantar para ir al aeropuerto. Para eso, paré a un taxi y tuve este diálogo con el viejo que manejaba el coche:
Yo: -Pour le airport?
Taxista: Ehhh?
Yo: Pour le airport, aeropuerto, aeroporto!!
Taxista: Qua?? Ehhh?
Yo: Airport, avion, fsshhhhh (abriendo los brazos como un avioncito al estilo de Pascualito Rambert)
Taxista: Ahhhh!!! La Medina??? pour la Medina???
Yo: (mientras pensaba que el viejo forro me esta tomando el pelo) NOOOO!!! No la Medina NOO!!! l'aéroport
Taxista: AHHHH!!!!! No, c´est le taxi a la gare de tren...
Yo: Merci!!! y que te recontra!!!!

Ya en la estación de trenes nos tomamos un taxi al aeropuerto, cuyo conductor parecía la reencarnación de Ayrton Senna ya que iba a los caños y me hizo pegar más de un cagazo cuando se adelantaba en la ruta...
Luego de pasar los controles (para mi inexistente, para Pepe exhaustivo ya que era el quien llevaba la Yerba Mate) nos subimos al avion que iba repleto de gente y de maletas aunque fuese un vuelo de Ryanair. En estas cuatro temporadas de volar con esta compañía nunca vi a nadie subir con tres bolsos de mano a la cabina del avión hasta ese momento...

Por suerte, el avión llegó a destino y de esa forma abandonamos este país que me resultó fascinante, aunque termina siendo agotador el acoso de la gente. Es muy fuerte el cambio de cultura, es duro si uno no va mentalizado a vivir una situación así. Quizas en algunos lugares de Latinoamerica las cosas son parecidas, pero Marruecos está regido por la religión y eso se aplica a todos los ambientes. Es un país al que tengo muchas ganas de volver pero acompañado de algún marroquí, para poder disfrutar de sus lugares y de sus gentes sin sufrir el acoso que algunas personas pueden hacerte sin que quizas se lleguen a dar cuenta. Quizá estoy siendo un poco duro con estas palabras, pero la verdad es que hubo momentos en los que realmente me sentí muy agobiado, aunque eso no fue un impedimento para sacar fotos y disfrutar de las maravillas que estos lugares que visitamos tienen para dar.

lunes, 26 de septiembre de 2011

Zágora y una noche en su desierto.


Amanecimos bien temprano, nos subimos al minibus de la excursion acompañados de una pareja de canadienses, una señora australiana y un grupo de casi veinte rumanos que hacían el tour con nosotros y a los cuales no les entendimos un carajo durante todo el paseo, lo único que entendimos es que querían para en cada lugar posible para comprar pelotudeces, jejejeje. Lo que tampoco entendió uno de los guias de la excursión es que Pepe se pronuncia Pepe y no "Pipi"que fue como lo llamaron luego todos los que nos acompañaron.

Emprendimos rápidamente el viaje para salir de Marrakech, atravezando campos y las primeras montañas. Es increible la cantidad de colores que ofrecen estos paisajes. La variedad de tonos en los diferentes relieves del terreno y la combinación con la escasa vegetación de la zona hacen que el recorrido sea una gran atracción para la vista, como así también atrae la atención cada uno de los pueblitos que cruzamos por el camino. En una de las muchas paradas, se me acercó un señor que me ofreció una piedra con minerales dentro, le pregunte el precio y me dijo 250 dH, le dije que no, me la bajó a 100 dH, le dije que no se la iba a comprar entonces me la bajó a 80 dH, por lo que recibió otra negativa mía, me dijo 50 dH y ya por lástima le terminé comprando esa piedra que la verdad es que está bien buena.

Luego de no se cuantas paradas llegamos a la ciudad de Zágora, seguimos de largo y paramos por última vez para comprar agua, y arrivamos al sitio donde nos esperaban los camellos para comenzar nuestra excursión en el desierto. Con el sol debajo del horizonte, emprendimos la camellada, que luego de una hora nos depositó en el supuesto "desierto" desde donde se veían las luces de la ciudad, de los autos y de las motos que podían accerder a la zona. En resumen, de desierto este lugar tenía poco y nada, solamente se podía considerar que era desierto por la vista increible de las estrellas en el cielo y por las pequeñas dunas que había en la zona.

En la puerta de las carpas nos recibieron con un te y una obleas que se compran en el supermercado, para luego poder cenar Tagine de pollo. Terminada la cena, dieron un espectaculo de percusión a la luz de una hoguera, mientras que con Pepe aprovechamos esa luz para hacer algunas fotografías nocturnas de larga exposición que nos mantuvieron bien entretenidos. Pasado un rato, toda la gente se fue a dormir y decidí quedarme solo, en medio de la oscuridad y la noche tan estrellada, con la idea disfrutar de tan conmovedor espectaculo que regalaba el cielo esa noche. Y así entre canciones de Pink Floyd, pensamientos y estrellas fugaces me comenzó a ganar el sueño, por lo que decidí irme a dormir con una sonrisa y ese sentimiento de paz que te da un rato de tranquilidad en soledad y totalmente agradecido por haber contemplado esa noche la sabiduría y perfección del universo.


Así se veia el cielo


Al otro día amanecimos a las 5.40 am para ver el inmenso amanecer, con el sol saliendo detras de las montañas y dibujando hermosas texturas en la arena. La vuelta al minibus la hicimos en camello por otro lado, y luego regresamos para Marrakech, deteniendonos antes en un Barrio de barro hecho en la montaña donde se filmaron películas tales como 300 o Indiana Jones.

Luego de recorrer el set filmográfico, subimos nuevamente a la trafic y a las 18.43 pm llegamos a la estación de tren para tomar el tren que salía a Fez a las 19 horas, no sin antes sufrir algunas complicaciones. Que paso???Intentamos pagar con tarjeta y no nos dejaron hacerlo por la hora. Todavía no sabemos porque pero así fue. Intentamos sacar dinero de un cajero, y al momento de meter la tarjeta se apagó el mismo durante casi un minuto y nuestros corazones se interrumpieron hasta el momento que esa máquina de mierda escupio el plastico. Finalmente cambiamos unos € en una perfumería y pudimos comprar los pasajes y subir en horario al tren, dejando de una vez por todas esta ciudad.

La verdad es que la experiencia de pasar una noche bajo las estrellas en el desierto es increible, uno no para de contar estrellas fugaces y eso hace que uno se sienta agotado de pedir deseos. En ese momento una de las cosas que más deseaba era que la noche no terminara nunca y que pudiera compartila con la gente que quiero, por eso con este blog intento hacerlo de alguna manera.

Las fotos de estos dos días...

Zágora y su desierto.
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sábado, 24 de septiembre de 2011

Marrakech, la puerta de entrada a Marruecos y Africa...

Después de algunos años viajando, por fin tengo la oportunidad de pisar un nuevo continente, esta vez una parte pequeña de Africa. Este paso hace tiempo que tenía ganas de darlo, y la verdad es que me pone muy feliz. Ahora me queda por pisar Asia, Oceanía y la Antártida y cumpliré el sueño de haber pisado cada continente...

En fin, al llegar al Aeropuerto es necesario un cambio de mentalidad, y comprender que uno no está más en Europa, sino que aquí la cultura es totalmente diferente y por eso las costumbres tambien. Tambien es necesario dejar de lado el portugues, y empezar a intentar hablar un poco de frances, cosa que al principio no es nada facil, ya que la mezcla de idiomas en mi cerebro me hace decir en una oración palabras de cuatro idiomas diferentes.

Luego de sellar el pasaporte y de cambiar euros por Dirhams, salimos a la calle a esperar el autobus que te lleva al centro, pero en el mismo momento de cruzar la puerta se acerca una persona y me dice que el autobus no funciona despues de las 20 hs, por lo que junto a Giuliano (un brasilero que conocimos ahi y que parecía estar más orientado que nosotros) decidimos tomar un taxi. Al momento de subir al taxi veo el autobus que yo quería tomar y asi empiezo a sospechar que la gente se cree que el que viene de afuera no entiende nada y en su afán por "ayudarte" y te dicen cualquier cosa o lo que a ellos les conviene para hacer su negocio y llevarse unos Dh de arriba sin importarles nada más que su bolsillo. En fin, arriba del taxi rumbo al centro de la nada empiezan a aparecer motos, autos, carros y bicicletas por todos lados, parecen salir de abajo de la tierra, y es tanta la cantidad de vehiculos que el taxista tiene que esperar como dos minutos para poder doblar en una esquina.

Al llegar al centro el panorama no cambia, vehiculos por todos lados, gente, humo, y personas que se te acercan para ofrecerte "ayuda" o algo para vender o lo que sea. Como las calles son laberinticas es dificil ubircarse, por eso para encontrar el hotel de nuestro amigo brasilero, preguntamos a varias personas pero cada una te decía una cosa diferente, hasta que perdidos en una esquina se no acerco un señor, nos preguntó en un ingles bien rustico que buscabamos y le dijimos la dirección del hotel. Luego de pensar un instante, Mustapha (asi se llamaba) cruzo la calle pidiendonos que lo sigamos, le preguntó a otro tipo que estaba sentado tomando un cafe, ese agarró un movil y llamó a otro, para poder indicarnos donde estaba el sitio, que era a menos de una calle de distancia. Fue ahi que Mustapha nos acompaño hasta el hotel de nuestro amigo brasilero que le dio una propina. Ese hotel era muy caro, por eso con Pepe decidimos buscar otro alojamiento, sin poder sacarnos a Mustapha de encima.

Preguntamos en un hotel a una cuadra del lugar, pero tambien era muy caro y ese conserje nos acompaño a otro hotel que estaba a una cuadra, donde finalmente nos quedamos. Pepe subió a la habitación y yo me quede entregando los pasaportes. Cuando subo al cuarto me encuentro con una escena digna de una comedia, estaba Mustapha adentro del mismo intentando conectar el televisor mientras Pepe estaba acomodando sus cosas. Mi incredulidad frente a la situación fue extrema, por eso le dije en un frances muy rustico que no hacia falta, y que por favor se vaya que nos queríamos quedar un rato en el cuarto solos y tranquilos. Fue así que después de un par de minutos de conversación conseguí que salga de la habitación.

Luego de descansar un ratito, esquivar algunas cucarachas y de dejar las mochilas salimos para el hotel de Giuliano con la idea de ir a buscar algo de comida y se materializó una vez más frente a nosotros la figura de Mustapha para llevarnos a comer algo. Le dijimos que no, que queríamos buscar nosotros, pero seguía insistiendo y diciendo: -"Plaza comida no fresca"-, también para ofrecernos excursiones, paseos o una visita guiada al dia siguiente por la ciudad. Cometimos el erros de decirle que queríamos ir al desierto y sin perder un segundo llamó con su brazo a otro amigo que intento vendernos otro paseo y que nos dijo cualquier verdura con la idea de salir beneficiado. Le dijimos que no, que preferíamos buscar por nuestra cuenta en otro lado y cuando nos fuimos para una agencia Mustapha seguía con nosotros y nos mandó a otro amigo suyo a seguirnos (para el reecomendarnos) hasta una agencia de turismo donde preguntamos acerca de un tour al desierto de Zágora. No me convenció mucho lo que me ofrecieron y me fui de ese sitio. Después de una larga charla, pudimos liberarnos de Mustapha y su amigo para ir a buscar comida junto a nuestro amigo brasilero.

Al llegar a la plaza y como si fuese una pesadilla, nos encontramos otra vez a Mustapha, y como este pesado había otra gente intentado agarrar gaseosas con cañas de pescar, monos que se te subían en la espalda para sacarte una foto con ellos, encantadores de cobras, grupos tocando musica con tambores, vendedores de cualquier boludez, niños y adultos boxeando, motos y bicicletas que circulan entre las miles de personas a toda velocidad y puestos donde venden té. Decidimos hacer una parada y tomar uno de gengibre y otras 9 hierbas. Nos acercamos a los puestos de comida intentando esquivar a los tantos promotores de los puestos que hay en la plaza, para cenar cous cous en un puesto donde nos atendio un pibe que hablaba español, italiano, argentino, frances, ingles, arabe y no se que más. Luego de la rica cena, volver al hotel es otra odisea, ya que recorrer el camino de vuelta al mismo intentando no perderse en las laberinticas calles es tarea dificil.

Nuestro amigo Giuliano y Mustapha


Ya en hotel, no pude ducharme, sino que tuve que agarrar una ollita que habia en el baño y tirarme agua con eso para poder darme un baño y sentir de otra forma lo diferente que es este país. Bien frensquito, saludé a nuetras compañeras de habitación (las muchas cucarachas) y me fui a dormir totalmente cansado y agobiado por tanta gente cargosa que nos cruzamos en la calle.

Mientras dormía empecé a escuchar una especie de canto y frases inentendibles. Miré la hora en mi móvil, y descubrí que eran las 4.44 am, sorprendido por eso, me pregunté que sería, pero me volví a dormir rápidamente.

Al otro día, con Pepe salimos temprano a recorrer la vieja parte de la ciudad donde callejones muy antiguos, como si hubiesen salido de historias de siglos atrás, estan invadidos por puestos, personas y todo tipo de locales comerciales que ofrecen cualquier producto o servicio. Estos callejones tambien se ven surcados por motocicletas, bicicletas, burros y carros que van por los mismos a toda velocidad. Sin dudas que estas callecitas ofrecen imagenes increibles para ser fotografiadas, los vendedores, los puestos, los productos, la gente, la arquitectura, las texturas, son una delicia para el ojo y la lente de cualquier amante de la fotografía. Luego de horas de recorrer este laberinto sacando fotos, esquivando "ayudantes" y cubriendonos de la repentina lluvia, almorzamos y por la tarde contratamos la excursión para poder pasar la noche en el desierto de Zágora.

Le preguntamos al que nos vendió la excursión acerca del tren para nuestro próximo destino, la ciudad de Fez y nos dijo que salian cada dos horas, el últimos a las 11 pm y que el viaje duraba 11 horas. Por suerte, le pregunté tambien al del hotel y me dijo que el último tren salía a las 9 pm y que llegaba a las 6 de la mañana. Al advertir que los dos nos dijieron cosas totalmente diferentes, decidimos con Pepe ir a la estación de trenes para averiguar personalmente. En resumen, el último tren sale a las 7 pm y supuestamente según nos dijo en que te vende el pasaje llega a las 6 de la mañana a la ciudad de Fez. Tomamos un helado en la estación y volvimos para el lado del hotel, pasando antes por una mezquita, en la que observamos unos altavoces, de los que empezó a salir el mismo canto o rezo que habíamos escuchado a la madrugada.

Por la noche, nos encontramos de nuevo con Giuliano, tomamos otro té y cenamos en los mismos lugares y nos fuimos a acostar ya que la excursión a Zágora sale a las 7 am. Mientras estaba acostado otra vez me sentí agobiado por lo pesada que se pone la gente con tal de venderte algo o "ayudarte". Igualmente me fui a dormir con mucha ilusión ya que mañana se viene la aventura al desierto!!!

Antes las fotos...

Marrakech

jueves, 22 de septiembre de 2011

Segunda parada portuguesa: Porto.

Salimos de Lisboa en autobus con dirección a Porto. Por suerte apenas al subir al bólido llegó a mi movil un mensaje de otra persona de Couchsurfing que iba a poder alojarnos al llegar a la ciudad, asi que aproveché la conexión de Wi-Fi que había en el colectivo y terminé de arreglar con el como sería el encuentro al llegar a la terminal.

Llegados a la ciudad, nos dirigimos a un restaurante muy tradicional ubicado detrás del Ayuntamiento, donde cenamos junto a Fernando tres platos de peces diferentes acompañados por el tradicional vino verde (vino espumante) que se bebe en esta ciudad. Fernando ha recibido en su casa a más de 1000 visitantes de casi todas las nacionalidades del mundo, por eso la cena se fue entre anectdotas, vino, uvas, risas y chupitos.

Luego de la cena tomamos el metro hasta su casa para dejar las mochilas y luego acompañar a nuestro anfitrión hasta el club de barrio donde suele jugar a las cartas con sus amigos. Ahi pudimos probar el famoso "Moscatel", un tipo de vino o licor que te calienta el pico como loco. Es así que con la sonrisa dibujada con Pepe nos lanzamos a recorrer algunas calles centricas de la ciudad con la camara bajo un brazo y el trípode bajo el otro. Llegamos hasta la zona de la universidad y los bares que la rodean, y nos vimos sorprendidos por la cantidad de gente que estaba bebiendo en este sitio a pesar de ser un martes.
Al otro día nos levantamos y sin tener tiempo de desayunar (cosa que me recordó Pepe durante todo el día ya que el no puede salir por la mañana sin tomar mates durante una hora y un poco más...) salimos a recorrer con la gente de CouchSurfing la ciudad. Pasamos por varios museos, entre ellos el de monedas y el de Fotografía para luego ir a desayunar al Cafe "Galeria de París", un bar típico de la ciudad. En esta ciudad tambien nos encontramos con tranvias recorriendo las calles de la ciudad.

Con la panza llena, ya nos dirigimos a la librería más linda del mundo, un sitio centenario de una belleza formidable. Por la tarde visitamos algunas iglesias y la zona centrica, junto a la estación de trenes de San Bento, adornada por miles de azulejos que impactan de gran manera. Llegó la hora de almorzar y de nuevo fuimos al mismo restaurante de la noche anterior para degustar de un cocido a la portuguesa, que no me gustó tanto como el Madrileño.

Al finalizar el almuerzo, seguimos recorriendo el centro de la ciudad, fuimos al mercado central, para esta vez cruzar el puente y dirigirnos a la parte de la ciudad donde estan muchas de las bodegas que hay en esta ciudad. Cruzar el puente es impresionante, la vista que de ambas partes de la ciudad y del rio es muy bonita. Descendiendo por los callejones llegamos a una de las bodegas donde dimos un pequeño tour por dentro de la misma para finalizar el mismo probando una copita de vino dulce. A la vuelta volvimos a cruzar nuevamente el puente, aunque esta vez por debajo, y luego subimos para volver a la casa de Fernando a descansar un poco.
Como quedamos tan impactados con el puente, decidimos por la noche regresar al mismo para efectuar algunas fotos nocturnas del mismo y de la vista de la ciudad.
Por la noche volvimos justo al departamento donde pude ver y sufrir con la derrota de Newell´s, mi querido equipo que sigo sin entender porque aumenta mi fanatismo con el mismo cada vez que estoy de viaje o fuera de Rosario.

Las ultimas horas en Porto las aprovechamos para visitar la Casa de la Música, y dirigirnos hacia otro de los puentes y recorrer una de las costa del río que pasa por la ciudad.
Fue así que dejamos esta ciudad mágica, donde se conservan muchas construcciones antiguas, que contrastan con los estudiantes que inundan este sitio, aunque tambien se observan muchisimos ancianos caminando por ahi, o sentados en la puerta de su casa, o comprando en el mercado central. Esta ciudad tambien conserva comercios y lugares de otro siglo. Según leí en un recorte de un periódico todavia existe en Porto una tienda que solo vende trampas para ratas y ratones. Estos pequeños detalles te hacen creer que por momentos te encuentras en una ciudad de hace cuarenta o cincuenta años atras. Me despedí de esta ciudad y de este país con la certeza de que voy a regresar más adelante para poder conocerlo mejor, con la esperanza de poder conocer más gente de este sitio que sin dudas me ha parecido muy atenta y amable. Me voy de Lisboa y de Porto con una grata sorpresa y con una gran alegria.
Porto, parte de Portugal.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Primer destino en Portugal, la ciudad de Lisboa.

Como dije anteriormente comencé a viajar y el primer destino elegido fue Portugal y su capital, la ciudad de Lisboa, a donde llegué sin tener la más mínima idea de lo que podía encontrar.

En este viaje, mi idea es contactar con la mayor cantidad de gente posible que sea parte de CouchSurfing.org. Esto se debe, a que hace unos mes estuve viajando por Sudamérica  me sirvió para conocer gente en todos los países que visité, alojarme en sus casas, y de esa forma conocer un poco mejor ese lugar y su cultura. Por eso en esta ocasión quiero viajar de la misma manera e intentar ver las similitudes y diferencias que pueden existir viajando en los dos continentes. Es así que contacté con João, una persona nacida en Angola pero que vivió casi toda su vida en Lisboa.

Es así que desde el aeropuerto, nos dirigimos en autobus hacia su casa, nos conocimos, nos presento a unos amigos suyos y salimos a conocer un poco el centro en su coche, para después quedarnos con Pepe a sacar algunas fotografías nocturnas mientras que nuestros amigos se fueron al cine.

A primera vista Lisboa se muestra un poco antigua y deteriorada, cosa que contrasta con lo grande de algunas de sus edificaciones, pero eso es lo que le da un encanto especial a esta ciudad que si no me falla la memoria tuvo su origen cerca del año 1100.
Hay un detalle distintivo de esta ciudad y sin lugar a dudas es el tranvía, que recorre el centro histórico de este sitio, y es lo que quizá le otorga al ambiente un toque nostálgico o bohemio, pero que sin duda alguna es algo muy pintoresco.

Luego de un rato nos volvimos a encontrar con João, y nos dirigimos a la casa de su amigo Jorge, que trabaja de director en un monasterío y que vive en una de las casas típicas del centro. Pero esta vivienda tiene una particularidad, es más parecida a un museo que a un sitio donde viva una persona debido a la cantidad de colecciones que tiene, ya sea de fotografias, pinturas, libros, muñequitos, en fin, es un hermoso anticuario y que se ha visto reflejado en la portada de una revista portuguesa.

Al día siguiente, nos dirigimos nuevamente con Pepe hacia el centro histórico, con la idea de meternos en las entrañas de la ciudad, y recorrerla tal como la recorren los rieles de los tranvías, con la salvedad de que al ir a pie nos pudimos meter en cualquier callejoncito que se viera interesante y que nos regale alguna puerta, ventana o fachada decorada con azulejos digna de ser fotografiada.

Cuando las piernas empezaron a cansarse y el cuerpo necesitaba alimentarse, decidimos reponer energías almorzando en un restaurante típico de la zona, aprovechando una oferta de menú que resultaba tentadora, 5.80 € el plato de sardinas asadas con patatas. Lamentablemente no tuvimos en cuenta algunos detalles en la atención tales como que el queso que te ponen en la mesa amablemente para que piques mientras esperas por el plato principal te lo cobran más caro que las sardinas, como así tambien te cobraban pan y cubiertos, por eso terminamos nuestro almuerzo y al momento de pagar la cuenta advertimos que habiamos comido en el restaurante: Uy!! Nos rrrrompieron el orrrto!!!

La salida del restaurante "Uy nos rompieron el orto"


El dolor de culo pasó como pasaron asi las horas de la tarde en la parte alta de la ciudad, por eso al caer el atardecer, la visita al castillo de San Jorge se hace casi obligatoria. Ahi nos dirigimos y luego de haber recorrido las altas torres y de haber disfrutado las hermosas vista que ofrece este sitio, fuimos testigos de una magnifica puesta del sol por detras de la silueta de la ciudad.

Al llegar la noche volvimos a la casa de nuestro huesped, compartimos algunas de sus experiencias de viaje y nos fuimos a dormir con las piernas cansadísimas y el dedo cansado de gatillar la cámara.

La última mañana en Lisboa, la dedicamos para ir a conocer la mítica torre de Belem y la zona de la costanera bajo un sol que quemaba y calentaba de lo lindo. Volvimos a la casa, almorzamos rápidamente y con la mochila partimos hacia la terminal de autobuses para enfilar a nuestro próximo destino, la ciudad de Porto.

Me voy de Lisboa muy feliz por lo que encontré, no tenía la más mínima idea de lo que iba a encontrar y la verdad es que me sorprendió. Me hizo acordar mucho a La Habana y a Cadiz, creo que tiene algo de las dos ciudades. Tambien el castillo de San Jorge tiene alguna que otra similitud con la Alhambra de Granada.



Lisboa, Portugal.

domingo, 18 de septiembre de 2011

Termino la temporada de piscina en Cercedilla...

y una vez más, terminan las vacaciones en España y comienzan las vacaciones de los socorristas  y de la gente que trabaja todo el verano en la penísnsula ibérica. Por más que esta temporada haya sido excelente, por más que la gente de la piscina cada año me trate mejor, por más que las fiestas del pueblo hayan sido el broche de oro de cada verano en Cercedilla, por más que este año ya esté mas cerca que nunca de quedarme en España, este socorrista vagamundo necesita y decide comenzar una nueva aventura por el viejo continente y por tierras africanas.

Este viaje comenzó hace casi dos meses atrás, cuando hice la compra de los pasajes con mis grandes amigos de las aerolineas Ryanair y Easyjet, eligiendo como destinos las ciudades de: Lisboa, Porto, Marrakesh, Fez, Roma, Tampere (Finlandia), Riga (Letonia), Oslo (Noruega), Berlín y la vuelta a mi querida Madrid. Pero la vida tiene muchas vueltas, y por una de esas lindas sorpresas que nos llegan por el simple hecho de estar vivos, despiertos y atentos este viajero va a cortar su itinerario por la mitad para poder regresar antes a Madrid y viajar por otro universo. Otro universo que tengo muchisimas ganas de seguir descubriendo y disfrutando en tan linda compañia.

Pero este vagamundo no emprende este nuevo viaje vacacional en solitario, sino que lo hace acompañado por su amigo Pepe, otra persona que disfruta muchísimo de la naturaleza como el que suscribe, otro ser que intentar reflejar con sus fotos las sensaciones que se anima a vivir en cada uno de sus paseos o viajes, un hombre que en más de una ocasión me hace pensar que es mas niño que todos mis sobrinos juntos. Pero bueno, la aventura está dada de esta manera y ya está a punto de comenzar.