sábado, 12 de febrero de 2011

Y luego de la ciudad, de nuevo montañas... Otavalo - Ecuador.

Aunque parezca algo interminable, todo tiene un final, y esto tambien ocurre para la ciudad de Quito, que se distingue por lo larga que es. Luego de un rato de atravezar calles y calles y calles, salimos de la misma y los paisajes de montaña fueron sucediendose durante casi tres horas, hasta que llegamos la ciudad de Otavalo, conocida por su mercado artesanal, por la gran cantidad de lugares para visitar en los alrededores de este sitio y por como conservan y respetan algunas tradiciones indigenas.
Al llegar conocimos a unos chilenos que nos acompañaron hasta la "Casa de Guevara" una especie de alojamiento superbarato (1.50 dolar por persona en carpa) pero que no tenia lugar para esa noche. Luego de una charla con el dueño del lugar, nos fuimos para el centro a buscar un alojamiento en algun hostal bien baratico, por eso encontramos a dos cuadras de la "Plaza de los ponchos" (plaza donde tiene sitio la gran feria artesanal) un lugar que cobraba 4 U$S por persona, con cocina disponible para usarla.

Al primer contacto con las calles de este pueblo, me senti algo incomodo, ya que los habitantes de aqui son de mirar demasiado al gringo que viene de otros pagos. Esto es de alguna que otra forma entendible, ya que la gente de aqui es bastante conservadora, se escucha el idioma quechua en cada esquina y se ven muchisimas personas (en especial mujeres) luciendo las vestimentas tradicionales. Todo esto es bastante pintoresco, ya que se puede observar alguien que parece un campesino recien bajado de la montaña, con su vestimenta tradicional pero manejando una 4x4 reluciente, 0 km y escuchando reggeaton en su celular ultimo modelo. Segun me explicaron, muchos de los indigenas de por aqui tienen mucho dinero, y de alguna forma pude confirmar esto al hablar con la madre de la encargada del alojamiento, que segun me conto tenia 7 hij@s, de los cuales 5 vivian en Europa. Tambien la señora no ahorro criticas para el presidente Correa, ya que se quejaba por la cantidad de impuestos que tenia que pagar, cuando en realidad de lo que se quejaba era de los servicios que estaba pagando, pero bueno, intentar explicarle eso no fue mi intencion.

En este lugar probe por primera vez dos cosas muy famosas por aqui. Primero, el "Encebollado" ecuatoriano, del cual me arrepenti de no haberlo probado antes. Este plato esta hecho a base de pescado, cebolla y un caldo que creo que es de tomate, acompañado de yuca y zanahoria, lo que conforma una exquisitez.
La segunda cosa exquisita que probe fue el "Helado de Paila", una especie de helado al agua con sabores frutales que esta para chuparse los dedos.

Aprovechando la madrugada del segundo dia, y luego de un nutritivo desayuno emprendimos una caminata hacia la Laguna de Mojanda, situada en una de las montañas de aqui cerca. Por eso hicimos dedo en algunas partes y en otras caminamos entre terrazas de cultivos y nubes. En total, fueron como 2 horas de caminata, mientras que a cada paso la altura y el frio se hacian sentir mas y mas. En el trayecto compramos un queso casero (de un tamaño considerable) a la modica suma de U$S 1.50. Por suerte nos levantaron en dos trayectos, uno en el que nos llevaron casi 30 minutos, y otro a los pocos metros de llegar, cuando nos levanto otra camioneta que nos traslado un minuto hasta llegar a la famosa laguna, situada a 3764 msnm.

El paisaje es muy lindo, entre desolador y nostalgico, no nos cruzamos con casi nadie en todo el camino (a excepcion de unas liebres), y la verdad es que valio la pena el frio, el hambre, el cansancio, la altura y la lluvia que nos iba a esperar hasta que empecemos a bajar. Por suerte y luego de casi una hora bajando nos levanto una camioneta y nos llevo hasta el centro del pueblo, trayecto que nos empapo ya que caia una lluvia torrencial.

Por la noche cene en la plaza de los ponchos un Chaulafan Otavaleño a U$S 1.75, plato basado en arroz, fideos, huevo frito, pollo y patatas. Luego al volver al hotel me puse a hablar con un entrerriano que estaba viajando hace un tiempo largo con su esposa colombiana y su hijito Pehuen.

Al otro dia luego de unas vueltas, de internetear un poco y de boludear almorce en la plaza de ponchos mientras hablaba con unas señoritas y señoras que tambien comian ahi. Luego de eso una recorrida por los distintos mercados del lugar, ya sean de alimentos, frutas, artesanias, y otras boludeces para luego partir hacia las renombradas "Cascadas de Peguche", a las que llegamos caminando luego de cruzarnos con muchos colibris y algunas liebres. Como anoche el Chaulafan estuvo tan bueno repeti la cena, aunque esta vez le agregue de bebida "savila" que es como tomarse un moco caliente pero bastante liquido y con un poco de gusto a aloe.

En resumen, Otavalo al principio no me agrado mucho, es mas, me sentia bastante incomodo, y ademas fue medio raro caminar atravezando el pueblo y no encontrar nada que llame la atencion... hasta que uno se acerca al centro historico del lugar y la cosa cambia un poquito. Igualmente lo mejor es salir del pueblo para ir hacia la montaña o algun lago y contactarse con la naturaleza que aqui se entrega por todos lados.
Con el pasar de los dias, pude empezar a notar la amabilidad de los otavaleños, que ante la menor oportunidad te sacan tema de conversacion y son bastantes entretenidos de hablar.

Ahi van las fotos...

Otavalo, Ecuador.


En fin, este fue el ultimo lugar de Ecuador que visite antes de partir hacia Colombia, pero eso es parte del proximo episodio. Saludos!!!

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