sábado, 29 de enero de 2011

Olas, playa y surf en Mancora (Piura, Perú)

Miercoles 26/01 Dejamos Trujillo, para dirigirnos hacia la ciudad de Máncora, pueblito costero de Perú, conocido por su linda playa y su buen surf. Para eso, tomamos un autobus de la empresa "El Dorado" que llamo muchisimo nuestra atención por dos cosas, la primera porque antes de subir te hacían imprimir la huella de tu dedo indice de la mano derecha, cosa que asusta un poquito, y la segunda y más extraña aún es que una vez que todos los pasajeros estaban sentados en su ubicación correspondiente te filmaban. Le pregunte a la azafata porque hacían eso y me dijo que es por seguridad, ya que no saben si los pasajeros ocasionales son delincuentes o no. Curiosidades del transporte peruano.

Fuera de la impresión inicial, el viaje fue super tranqui, dormí casi todo el tiempo. Lo mejor de todo es que llegamos a Máncora a las 7 am como nos habían anunciado. Una vez que nos libramos del asedio de los choferes de los Mototaxis empezamos a caminar con Lu, Elliot y Jorge paraa buscar alojamiento. Estabamos cerca de la playa cuando de repente escuché un estruendo, me quedé en silencio y me dí cuenta que ese estruendo era el ruido de las olas del mar rompiendo, lo que anticipaba buenas olas aun antes de ver el mar. Después de alojarnos en "Angeles de Mar" salimos a desayunar y a recorrer un poquito la playa y el pueblo, que a pesar de estar madrugando ya mostraba algunos surfers en el agua y gente en la calle.

Pasó el tiempo y el almuerzo (Ceviche de pescado) y llegó el momento que tanto estaba esperando!!! SURF!!! Me alquilé una tabla y me metí a disfrutar de esta cosa tan linda junto a mucha gente que tambien estaba en el agua. Increiblemente al primer intento me metí en la ola, pero la misma fue tan grande y tan fuerte que ni me dejó pararme, me revoleó para todos lados y colaboró para que una tabla impacte con su quilla sobre mi cabeza y me produzca la primer herida a causa del surf. Herida que no me impidió seguir en el agua para pasarmela remando, tragando agua y revolcandome a la merced de las olas que cada vez eran más grandes y venía con más fuerza. Pasados 90 minutos y totalmente exhausto decidí salir del agua para ir a bañarme y dormir una merecida siesta.

A la noche, cuando el hambre ya apretaba, salimos a dar una vuelta para ver la movida nocturna del pueblo (que es mucha), ver un show de clows en la plaza, comer alguito y tomar una cervecita para ir a dormir bien relajado y con una sonrisa en la cara por tan lindo día.

Jueves 27/01 Que lindo que es dejar de lado por una vez el tradicional desayuno peruano y disfrutar de uno parecido a lo que los argentinos estamos acostumbrados!!! Facturas con dulce de leche!!! Increible!! El mate quedó de lado y fue reemplazado por un jugo de piña que formó una rara combinación pero le otorgó el toque nutritivo...

Bien tempranito fuimos con Elliot y Lucia a la playa a disfrutar del sol, que en este día si que se hizo sentir. Después de un rato de estar bajo el sol, y viendo el mar, escuchar Jack Johnson se me hizo inevitable, y que mejor forma que tomar coraje para meterme a surfear nuevamente a pesar de que me dolía casi todo el cuerpo.

Al igual que ayer me metí en la primer ola con el mismo resultado... aunque esta vez no me golpeo nada. Después me la pasé remando, y cuando intenté pararme sobre la tabla mis brazos ya no tenían mas fuerza, por lo que decidi salir bastante mas rapido que ayer del agua.

Ya por la tarde y para disfrutar de la puesta del sol, una merienda en la playa es una opción excelente. El sol descendio lentamente esquivando nubes, poco a poco entre barcos fue metiendose en el mar y de esa forma el cielo se pintó con colores totalmente vibrantes el que fue el mejor atardecer que vi en mi vida.

Viernes 28/01 Un rapido desayuno fue la antesala de la partida hacia Tumbes, para luego seguir viaje hacia Guayaquil, Ecuador, pero eso ya es parte del proximo episodio.

En pocas palabras Máncora es un lindo lugar donde la playa es bastante pequeña, pero la misma se extiende un poco hacia los costados, pero por problemas de inseguridad no mucha gente se anima a disfrutarla. El pueblo combina la actividad pesquera con el turismo, ya que mucha gente se acerca hasta aqui por la temperatura del agua, que es la mas alta de todo Perú, por las olas que se forman ideales para surfear y por la movida nocturna, que se concentra en unos pocos lugares pero que permite salir de fiesta en un ambiente muy relajado. Lo que más me gustó de Máncora sin lugar a dudas fue el atardecer que ví y que sinceramente me pareció increible.

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